El 27 de enero, la CCI organizó en Madrid una reunión pública, presencial y en línea, sobre la contribución de Bilan a la lucha por el partido mundial del proletariado. No se trataba de una convocatoria en el vacío, ya que pudimos constatar que existe un interés por Bilan en el medio político que ya se había manifestado en dos ocasiones anteriores en Madrid.
En el artículo anterior argumentamos cómo el desarrollo de las sequías y la escasez en los países centrales es un producto del estadio muy concreto de descomposición social al que ha llegado el capitalismo, que no se puede sino agravar. Y que no hay ninguna perspectiva de mitigación dentro de este sistema, solo mayor destrucción ecológica, lo cual rebota sobre la humanidad en forma de catástrofes cada vez peores.
El 1 de febrero se ha activado el estado de riesgo más grave (EMERGENCIA) por sequía en el área de Barcelona. Según el presidente de la Generalitat “es la peor sequía desde que existen registros (…) la crisis climática nos está poniendo a prueba como en la pandemia”. La burguesía parece cada vez menos preocupada por el cambio climático en sí mismo. Su preocupación es cada vez más la de cómo adaptarse a lo inevitable.
El movimiento de los agricultores, que se inició en Alemania a raíz de la supresión de las subvenciones al diésel agrícola, se ha extendido ya a Francia, Bélgica y los Países Bajos, y empieza a extenderse por toda Europa, también a España.
En la Revista Internacional número 155 publicamos un muy interesante artículo titulado “La propaganda durante la Primera Guerra Mundial” donde analizábamos los métodos de propaganda utilizados por la burguesía de todos los bandos para enrolar al proletariado para matarse entre ellos defendiendo los intereses de sus reclutadores. En la reciente guerra de Israel y Palestina vemos la misma técnica que siempre ha utilizado, para engañar al proletariado de ambos bandos.
La burguesía siempre se ha esmerado en tergiversar la historia del movimiento obrero y en presentar a quienes se han distinguido en él como inofensivos o repulsivos. Hoy, un siglo después de la muerte de Lenin, podemos esperar renovados ataques ideológicos contra el gran revolucionario que fue, contra todas sus contribuciones a los combates del proletariado: teóricos, organizativos, estratégicos...
Los titulares de la prensa no dejan lugar a dudas: desde julio de 2022 algo está sucediendo en la clase obrera. Los trabajadores han retomado el camino de la lucha proletaria a escala internacional y esto es, en efecto, un acontecimiento “histórico”.
Israel y Gaza desde el 7 de octubre del 2023: la guerra en toda su abominación, una explosión de barbarie. Ese día, en nombre de la "justa venganza" contra "los crímenes de la ocupación sionista", miles de "combatientes" fanáticos de Hamás y sus aliados se abalanzaron sobre las ciudades israelíes que rodean la Franja de Gaza, sembrando el terror y cometiendo crímenes de un salvajismo sin límites contra civiles indefensos.
La evolución de la situación mundial desde el 25º congreso confirma ampliamente lo que plantea la resolución que adoptamos sobre la situación internacional. No sólo la descomposición se convierte en el factor decisivo de la evolución de la sociedad como habíamos anticipado ya desde 1990, sino que en la presente década, «la agregación e interacción de fenómenos destructivos produce un "efecto torbellino" que concentra, cataliza y multiplica cada uno de sus efectos parciales, provocando una devastación aún más destructiva».
La primera parte de este artículo describía el ascenso del poderío del imperialismo estadounidense que, en la fase decadente del capitalismo, llegó a ser el imperialismo dominante, líder del bloque occidental que acabó triunfando sobre el bloque rival soviético a finales de la década de 1980. La segunda parte de este artículo se centrará precisamente en poner de relieve este proceso, que comenzó en la década de 1990.

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